Productos con personalidad, mucha estética y disfrute del buen comer. Si sumas todo esto y le añades dos tenderos riquiños como Raúl y Zé, el resultado es Brutal Bazar. En este rincón de calle Carral hacen suya la filosofía de que la comida nos une. Y lo más original, útil y especial que imagines dentro del mundo cocinillas, seguro que lo encontrarás aquí.
Esta es la historia de Brutal Bazar
Brutal Bazar vio la luz a finales de 2018. Sus dueños, Raúl y Zé, son dos profesionales fuertemente arraigados al pequeño comercio vigués. Su gusto por el buen comer les hizo reflexionar acerca de que, incluso en tiempos de crisis, existía una constante en el disfrute: compartir momentos alrededor de una buena mesa. De ese pensamiento surgió Brutal Bazar, un lugar donde, quien disfruta con el paladar, podrá encontrar artículos delicatessen únicos, artesanos y con un cuidado estético. Y los cocinillas de la casa, ese rincón donde completar en una tarde su lista de deseos en gadgets de cocina útiles y originales.
El local ya te gana a primera vista. Todos los productos, desde los artículos de alimentación a los gadgets de cocina entran por los ojos. Y ese cuidado de lo estético va acompañado de la alta calidad de la materia prima que encierran. Zé y Raúl invierten gran parte de su tiempo en investigar y probar lo que posteriormente llena su tienda. Todo lo que tienen pasa antes por sus paladares y sus manos de cocinillas.
La mayor parte de los productos proceden de empresas artesanas gallegas. Y en caso de que algún artículo en particular no tenga una procedencia de nuestra terriña, ellos se encargan de bucear en cada región para traernos lo más especial en origen. También les importan las historias detrás de esos pequeños proyectos: “Es importante que haya detrás una historia no por un simple argumento de venta, sino porque nos ayuda a establecer una relación estrecha con nuestros proveedores. Existe un mayor grado de implicación en toda la cadena. Al final, como con nuestros clientes, en muchos casos la relación pasa de lo comercial a lo personal, y te motiva más contribuir a los éxitos de todos ellos de alguna manera“, nos cuenta Zemiltom.
El estado de alarma les cogió a punto de inaugurar su nuevo proyecto dentro de Brutal Bazar: un punto de encuentro para gourmets. Ahora que ya estamos dando pasos hacia la nueva normalidad, esperan poder arrancar con este espacio en septiembre. Y por lo que nos cuentan, nos espera una agenda cargada de catas, talleres y charlas donde podremos conocer más a fondo todos esos productos artesanos que pueblan la tienda, a la vez que compartimos tardes con otros amantes del buen comer. “La idea es que, tras compartir ese rato de disfrute, todos los participantes puedan reproducir los platos que presentemos en las catas y talleres. Así que se llevarán con ellos la receta y, si lo desean, un pack con los productos que utilicemos en cada momento“.
¿Quién está detrás de Brutal Bazar?

Zé Milton, uno de los tenderos riquiños que te encontrarás en Brutal Bazar.
Detrás de Brutal Bazar están Raúl y Zemiltom, dos de esos tenderos riquiños que pueblan nuestra ciudad. Expertos en hacer sentir al cliente como en casa y amantes del diseño y la estética. Mirasol y U-LA Boutique fueron sus proyectos anteriores, donde el mueble de diseño y el regalo original eran protagonistas. Llevan 18 años en el comercio vigués. Tras un parón de dos años para reflexionar, decidieron encaminar todo el conocimiento atesorado en el diseño de producto y visitando ferias como las de París y Frankfurt, hacia su nueva pasión, la gastronomía, para abrir una nueva etapa en el comercio vigués: “el contacto diario con el público nos engancha más que el diseño y el buen comer“.
Zemiltom llegó de Brasil hace casi dos décadas para aportar todo su encanto y facilidad para ganarse al cliente. Raúl hizo sus pinitos estudiando cocina, y después fue profesor de Diseño y Artes Aplicadas. Ambos se consideran personas peculiares, y creen que esa personalidad diferente es lo que diferencia a Brutal Bazar de otras tiendas de cocina y producto gourmet: “Creemos que en la búsqueda de lo original y diferente está la personalidad auténtica. A veces puede parecer que somos excéntricos en nuestras elecciones, pero disfrutamos haciendo de lo diferente nuestro punto fuerte“.
Un secreto confesable
Además de compañeros de trabajo, Zemiltom y Raúl son pareja. Una historia de amor que surgió en Mirasol, el primer proyecto de Raúl. Zemiltom era cliente habitual y desde entonces comparten vida y proyecto profesional. Llevan bien el trabajar juntos porque reparten las tareas. Mientras a Zemiltom es habitual verlo tras el mostrador mimando a los clientes, Raúl es la persona tras bastidores, el hombre de los números y del trato con proveedores.