Es la zona verde más grande de Vigo, lugar imprescindible para los entrenamientos de los runners y alberga en su interior uno de los mejores auditorios al aire libre del país. Podría daros mil datos por los que el parque de Castrelos es de visita obligada. Pero hoy quiero contaros cómo este parque guarda momentos mágicos para muchos vigueses. Como ésta que os escribe.
La Finca de la Marquesa

Yo, mi bicicleta y la entrada a esa casa en Castrelos donde me he pasado tantos veranos
Cuando era pequeña, la mayor parte de mis veranos los pasaba con mis abuelos en Castrelos. Vivían en una casa con jardín en el Camiño da Corredoura, y desde su balconada las vistas daban directamente al parque. No tenía más que andar más que 200 metros y ya estaba delante de lo que mi abuela llamaba la Finca de la Marquesa: un edificio imponente del siglo XVII,rodeado de unos jardines de inspiración francesa (algunos lo conocen como un “pequeño Versalles”) que llegaban a ocupar la friolera de nada más y nada menos que 22.000 metros cuadrados.

El Pazo Quiñones de León
Mi abuela me contaba que esa había sido la casa de verano de una familia muy poderosa, la de la Marquesa de Valladares, y que sus antepasados habían estado trabajando para ellos. A mí aquella historia me dejaba alucinada. Porque con menos edad que la que llegas a contar con las dos manos, me imaginaba poco menos que a gente de la realeza compartiendo vecindario con mis abuelos. Como si la famosa marquesa le fuese a pedir azúcar para el té a mi abuela.
Ya por aquel entonces hacía décadas que había cambiado su condición de casa de verano a museo municipal. Cuentan que su último propietario, Fernando Quiñones de León, sin hijos a los que traspasar su herencia, decidió en 1925 donarlo a la ciudad de Vigo con la condición de que se convirtiese en parque público y museo. Aunque realmente, ese acto aparentemente altruista le vino estupendo para conseguir su anhelado deseo: convertirse en Grande de España.
Así que oficialmente es el Parque Quiñones de León. Pero para la mayoría de los vigueses como mi abuela, la Finca es de la Marquesa. Porque ésta, antes de morir había sido la capitana de la última remodelación de la finca. Esa que le dota de ese aire señorial y versallesco que conserva desde principios del siglo pasado.
La magia del parque del Pazo
Parte de mis ocho apellidos vigueses proceden de Castrelos y de ese Pazo vecino. En esas temporadas de verano, si me aburría, mi abuela o mi tía me bajaban a pasear al parque. Y yo jugaba a perderme en su laberinto de arbustos y buscaba escondites en las pérgolas de flores y enredaderas. Me costaba mucho controlarme para no llevarme a casa alguna flor de sus camelios, pero el miedo a acabar encantada por cometer semejante sacrilegio me quitaba las ganas.
Todas las zonas de ese parque me parecían mágicas, seguramente por toda la riqueza botánica que allí se puede respirar aun hoy día. Si en la parte de arriba la inspiración era francesa, llena de luz y elegancia, la zona más baja del parque, de aire inglés, con sus estanques de patos y sus árboles enormes y centenarios me resultaba todavía más llena de enigmas. Así que mientras le daba de comer a los patos y ocas que habitaban en el estanque principal, o jugaba a encontrar ranas entre los nenúfares, me imaginaba que dentro de alguna de esos palomares y casetas de piedra que rodeaban el jardín vivía algún jardinero mágico. Incluso creía firmemente que algún pariente de David el Gnomo tenía su chalet en alguno de los agujeros de esos árboles centenarios de raíces infinitas.
Toda esa riqueza en vegetación, monumentos y esculturas no sólo sirvió para hacer brotar la imaginación de muchos niños vigueses. También está reconocido como Jardín Histórico y Bien de Interés Cultural desde 1955. Una razón más para presumir de él.
El Pazo es de bodas y museos
Muchos años después de aquellos veranos, el parque pasó de tener esa magia de cuento infantil para convertirse en el lugar donde cambiaría de estado. Los vigueses que decidimos casarnos por lo civil tenemos la enorme fortuna de poder hacerlo en el hall principal del Pazo. Entrar por sus puertas con los nervios de la novia soltera para salir a la belleza del parque como mujer casada. Y recordar que de niña jugabas a ser princesa en aquel lugar, tal y como lo estabas siendo ese día. Desconozco si el resto de ciudades del país disponen de enclaves tan bellos como el Pazo para las bodas civiles. Pero los vigueses nos podemos casar con honores de marquesado.
En su interior el Pazo alberga lo mejor del arte, la historia y la arqueología en nuestra ciudad. 29 salas de exposición permanente, donde se entremezclan piezas de arte decorativos de los siglos XVIII al XX, una colección de pintura europea del XVII y XVIII, así como fondos de elementos de interés para conocer la historia de Vigo y un anexo dedicado a la sección arqueológica. Pasarse una tarde entre las paredes del Pazo es el mejor plan de museos que podrás hacer en nuestra ciudad.
Castrelos es deporte

Tramo de la Senda Azul que pasa por el parque de Castrelos.
De puertas para afuera, la extensión del parque sigue siendo ilimitada, y llena de planes. Castrelos es uno de los principales motores de la calidad de vida que disfrutamos en esta ciudad. Cada una de las zonas en las que se divide el parque tiene algo de disfrute para cualquier edad.
La zona más baja del parque es la de remodelación más reciente, de finales de los ochenta. Y si ahora media España nos conoce por “la ciudad de los 9 millones de LED’s”, por entonces el slogan que reinaba por todos los barrios era el de “un Vigo millor”. Dentro de todas las acciones que se hicieron entonces para intentar adecentar una ciudad atrapada en el feísmo, se construyó un estanque y un lago artificial. Las cascadas y el juego de luces y música que se instaló allí nos hacía sentirnos como Las Vegas antes de que nuestro Alcalde nos comparase con Tokio o Nueva York.

En los 80 con esto, de noche y haciendo juego de luces, la gente alucinaba.
Justo en el área de enfrente se encuentra la zona recreativa. El parque infantil más grande de la ciudad, donde los niños de varias generaciones disfrutamos tirándonos de la tirolina o columpiándonos sin descanso. También es uno de los accesos a la Senda Azul, una de las rutas de senderismo más populares de la ciudad que acompaña al Lagares, arrancando en la Avenida de Madrid y desembocando, al igual que el río, en la playa de Samil.
Y sobre todo, es el Vigo más natural y deportivo, donde diariamente verás a decenas de corredores entrenar para todas las maratones y carreras populares que nos llenan la agenda durante el año.
Un parque por y para la música
Dentro de todos esos recuerdos veraniegos de mi infancia en Castrelos, la música está muy presente. Cuando todavía no tenía edad para escaparme a las noches de conciertos, recuerdo estar sentada en las escaleras de la casa de mi abuela, con un pepito entre las manos y oyendo todos los acordes que hasta allí llegaban desde el Auditorio Municipal. El más bonito y con mejor acústica de todos los auditorios al aire libre que te encontrarás en nuestro país.
Luego llegaron ya los años de guardar durante horas sitio en la zona gratuita para ver a mis artistas favoritos. Y a los que no también. Porque el plan era disfrutar de una noche de verano al aire libre y con música. Si tuviera que pensar en todos los conciertos que disfruté tanto arriba como en la zona de pago (que sigue siendo económica por esa condición de Auditorio Público) seguramente me dejaría alguno atrás: Emilio Aragón, Amaral, Metallica, Jamiroquai, Oasis, Antonio Orozco, Jarabe de Palo, Norah Jones, Artic Monkeys, Franz Ferdinand, Rapahel, Keane… La lista es interminable, y un paseo extenso y variado por la historia de la música.
De todos ellos, el de Presuntos Implicados fue el que dejó una huella imborrable en mí. ¿Cuestión de calidad musical?. Más bien por darme una vivencia única personal. Acabar subida al escenario con ellos y mis amigas al final del concierto, y poder vivir en primera persona la perspectiva del artista es algo que jamás se me borrará de la memoria.
Tras unos años de casi total abandono y ausencia de notas musicales, parece que nuestro Auditorio favorito vuelve a revivir. En sus 60 años de música ya se han superado las 250 actuaciones, y seguimos subiendo. Así que si te vienes en verano, no pierdas detalle de todas las citas de música y teatro te esperan en Julio y Agosto. Porque pocos planes de ocio tan impresionantes encontrarás por menos dinero.
¿Cuál es tu historia con Castrelos?

Yo aquí de pequeña le daba de comer a los patos.
Castrelos y el Pazo son un emblema de Vigo. Una joya museística, el lugar donde muchos nos casamos y un jardín de inspiraciones inglesa y francesa digno de admiración. Castrelos es música, deporte y juego de niños.
Pero por encima de todo, para los que fuimos niños allí, Castrelos es sobre todo, un lugar encantado. ¿Me cuentas ahora tu historia vital en Castrelos?
Más información sobre Castrelos
- En la web de Turismo de Vigo tendrás más datos sobre el parque y el museo. Pincha aquí para acceder.
- Si lo que te interesa es la parte del Museo, podrás obtener información en la web del mismo. Accede por aquí.
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