¿Tenemos claro cómo debe elaborarse una tapa? Hoy os descubro los requisitos que considero imprescindibles para considerar a una tapa perfecta. Porque no todo lo que nos ponen junto a nuestra consumición se puede considerar aceptable.
Lo que acompaña a nuestra bebida
Ayer recibí un mail de un lector habitual. Me planteaba un tema muy interesante, a raíz del post sobre el concurso de tapas que se está celebrando en Vigo. Me pedía mi opinión acerca de los consejos que yo le daría a alguien para llegar a conseguir la tapa perfecta.
Mi primera reacción al ver la pregunta fue la de enorme agradecimiento. Ya sabéis que me considero simplemente una aficionada a esto de comer bien. Y no creo que en estos asuntos tenga, ni mucho menos, el poder de la verdad absoluta. Pero la reacción posterior me llevó a pensar en lo interesante del debate. Sacar a la palestra mis consideraciones, puede llevar a que tú, querido lector, también te animes a comentar el asunto.
Quizá la pregunta que hoy os planteo no tenga una única respuesta. Estoy segura de que cada uno de nosotros tenemos apreciaciones diversas sobre cómo debe ser la tapa perfecta. Pero insisto, me gusta más un debate que planificar una ruta de tapas. Así que, ¿probamos a ver cuántos de mis requisitos coinciden con los tuyos?
Mis 5 requisitos para una tapa perfecta
5. De elaboración fácil y rápida

¿Hay algo más sencillo y popular que una tortilla?
Porque es una tapa, que se va a degustar en 1 minuto a lo sumo. ¿Tiene sentido tiene que el cocinero se tire horas preparándola?. Creo que los tiempos de cocinado y degustación han de ser proporcionales.
El ceremonial de ir de tapas implica tomarse un vino, pedir la tapa que se antoje de ese local y degustarlo. Y sobre todo, poder terminar este ritual en menos tiempo que lo que uno tarda en cenar en un restaurante. Como cliente agradezco un montón la agilidad en la visita a los locales de tapas. Esperar más de media hora puede llevar al traste mis planes para completar la ruta de tapeo ese día. De esperar y quedarme en un único local me siento, pido la carta y ceno.
Así que esas tapas rápidas, ya listas con antelación y que no cueste demasiado servirlas, las agradezco un montón. Unas lentejas de toda la vida, o un buen pincho de tortilla, ¿a quién no le alegran la existencia?
4. La justa combinación de sabores

Bocatín de pulpo de A Mordiscos, un ejemplo de combinación de éxito.
No llevo demasiado bien esas tapas que mezclan en sí infinitos ingredientes y sabores concentrados en un pequeño bocado. Al final una no sabe qué se está llevando a la boca exactamente. Es genial encontrar combinaciones de dulce y salado. O traer especias de nuevos mundos, por poner un par de ejemplos. Sin embargo, agradezco que exista un ingrediente base que marque el sabor principal de esa tapa. Y a partir de ahí trabajar con lo que pueda ayudar a remarcar y resaltar ese sabor central.
3. Facilidad en la degustación

Tostas de brandada de bacalao y pimiento. Y no hace falta más para relamerse.
Mucho ojo con las arquitecturas imposibles o presentaciones innovadoras. Que al final dejamos al cliente totalmente “enguarrindongado”. Bajo mi punto de vista lo ideal en el caso de mini-brochetas, cucharas o tostaditas es que la tapa sea de bocado único. En el caso de montados, suelo evitar aquellos llenos de demasiados ingredientes o con muchos pisos. Molesta pegar un mordisco a la tostada y que todo te caiga. O tener que planearse una estrategia más complicada que el Risk antes de pegarle el primer bocado. Al final, si el contenido rebosa acabamos probando más tostada que otra cosa.
2. Aspecto atrayente

Empanada Don Chiringo. Pocos se resisten a catarla.
Porque en las tapas juega mucho el estómago, pero muchísimo más la vista. Imagina si no una de esas barras de Donosti, llena de pintxos por doquier. ¿Con cuál te quedas si todos parecen estar buenos? Pues al final con el que te entre por los ojos. Una buena presentación, con colorido, jugando con la disposición de los ingredientes, se lleva muchos puntos antes de llegar a mis labios. Porque mis ojos son los que provocan los primeros cosquilleos a mi estómago.
1. Sencillez, ante todo
Y llegamos al que para mí es el más importante. Ese requisito que en ocasiones parece dejarse de lado. Existe un afán de diferenciación: tapas diferentes, sabores diferentes, presentaciones diferentes… ¿Por qué nos obsesionamos tanto con la palabra “diferente”?. Creo que a veces este término juega muy malas pasadas. Os prometo que cada vez me cuesta más encontrar un sitio donde sirvan una tortilla rellena en condiciones o una buena carne ó caldeiro. Sin embargo, los foies, caramelizados y reducciones se repiten a cada paso. Lo diferente no siempre gana. A veces se trata de jugar con lo básico, con lo que le servían a nuestros padres y abuelos en el bar de toda la vida.
Y ahora te toca a ti, ¿qué buscas en una tapa?
Como os decía al principio, estos son mis requisitos. Que no necesariamente deben coincidir con los tuyos. De hecho, deseo que difieras a mogollón con mi opinión, y que así iniciemos un interesante debate. ¿Cuál es tu tapa perfecta? ¿Qué no soportas que suceda cuando sales de tapeo? Cuéntamelo en comentarios, que empieza la charla.
¿Más ideas de tapeo?
- En la sección de Bares y tapas, te dejo algunas propuestas con mis bares de tapas favoritos en Vigo. Aquí estoy segura que cumplen todos los requisitos que te cuento.
- Y para seguir debatiendo, hablemos de la tapa de cortesía: ¿vale todo cuando la tapa se sirve sin coste con la consumición?. Echa un vistazo a otra de mis reflexiones.
totalmente de acuerdo contigo, lo puedes decir más alto pero no más claro, suscribo tu post
Para gustos los colores, para unos será una y para otros otra, para mi una buena materia prima es lo fundamental.
Besos.
prometo que para tu cumple te hago unas buenas empanadillas, receta de mi madre, de esas que todos recuerdan, aún pasando muchos años…… asi que ya sabes…pero tienes que recordármelo unos días antes, que mi cabeza va fatal!!!